EL ALMA FEMENINA ALIMENTADA POR EL PADRE

Cuando el padre alimenta el Alma Femenina de la hija, la hace sentirse especial, amada, querida, protegida y eso marca transcendentalmente la vida de la mujer. Antes los hombres eran solo proveedores sin darse cuenta que su presencia masculina ayudaba al sano crecimiento de su hija.

Se tenía la idea de que las mujeres somos educadas por nuestra madre y que el vínculo emocional con ella determina parte de nuestra personalidad, sin embargo, según el Doctor James Dobson en su libro Cómo criar a las hijas, menciona que en la niña la autoestima y la confianza en ella misma está directamente relacionada con la aceptación y la relación que tienen con su padre y, por lo tanto, percibirán su valor como ser humano basándose en lo que él piensa de ella y en la forma en que le expresa su afecto.

Por esto, quienes se sienten amadas y protegidas por su padre, seguramente crearán un vínculo amoroso que se conservará durante toda vida y será el referente de los hombres que buscarán para relacionarse. El amor de las madres sigue siendo trascendental y no debe minimizarse, pues ellas también ocupan un lugar decisivo en el corazón de las niñas.

La falta de conexión emocional con el padre en las mujeres crea un vacío interior, pues en su alma femenina siempre hay un lugar reservado para él o para alguien que lo represente.

Sin embargo, es común que con las múltiples ocupaciones de la vida diaria y con la carga de trabajo, los hombres se conviertan sólo en proveedores y descuidan esta parte emocional en sus hijas. La realidad es que muchos hombres no tienen un patrón de copiado acorde a las necesidades afectivas de las niñas.

Desde que las mujeres empezamos a realizar la doble función: madre y trabajadora, los hombres participan más en las labores de crianza de los hijos, lo que les permite hoy involucrarse en buena parte de sus actividades diarias, como llevarlos a la escuela, comer con ellos, prepararles la comida, por mencionar algunas, y lo han tenido que hacer prácticamente sin haber sido preparados para ello.

Para las mujeres es fundamental escuchar que nos aman, sentirnos protegidas e importantes, y que mejor que sentirlo por el primer hombre con el que tenemos una relación afectiva y éste es nuestro padre.

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