LOS LÍMITES FORMAN NIÑOS SEGUROS

Educar a los hijos es acompañarlos, guiarlos, cuidarlos, amarlos durante su desarrollo, hacerlo con cariño y dedicación les ayudará a ser personas emocionalmente equilibradas. Nuestra labor como padres incluye establecer límites claros, que son las herramientas que junto con las normas y las reglas se convertirán en nuestros apoyos y grandes aliados de educación.

Los límites son como un espacio imaginario, imagina que es como una pecera, dentro del cual los niños pueden crecer y desarrollarse libremente para ser independientes y adquirir habilidades sociales que les permitirán lograr convivencias sanas, tanto en el hogar como en la escuela y en todos los lugares en los que se relacionen con otras personas. La pecera no de be ser tan pequeña que les impida moverse con libertad, ni tan grande como para que no sepan hacia donde dirigirse.

Para establecer límites recomiendo utilizar el Método del lenguaje del cariño, pues son fundamentales para todo ser humano, las palabras de aliento, el contacto físico con caricias, abrazos, besos, como una forma de demostrar a los hijos que se les ama y que merecen cuidados y atención. Un hijo necesita del afecto y contacto con sus padres, que lo toquen, que lo apapachen, que le hagan cosquillas; esto a su vez los ayudará a mantener lleno su tanque emocional.

La combinación de amor y límites es lo que yo llamo Amor firme con límites.

Usar amor firme con límites, es establecer reglas claras de acuerdo a la edad de cada niño, sin necesidad de ser agresivos, sin utilizar la agresión física ni verbal, sin cambiarlas constantemente, pues los niños podrían confundirse con facilidad si un día les damos una instrucción y al otro la modificamos. No debemos renunciar a imponerlas cuando estamos cansados, estresados, porque es fin de semana o porque sentimos culpa por no estar con ellos debido al trabajo o a todas las actividades que realizamos durante la semana.

Cuando los padres logran conectarse con sus hijos de corazón a corazón, también consiguen que se acepte la disciplina con más facilidad, ya que un hijo que siente ese vínculo con sus padres, entenderá las reglas de su hogar, será respetuoso y responsable, sabrá la razón por la que sus padres esperan de él un buen comportamiento.

Los niños que son educados con límites amorosos crecen también en autoestima. Es de suma importancia que los madres y padres conscientemente tengan un contacto físico como a sus hijos, porque en muchas ocasiones lo hacen de manera espontánea, pero no es suficiente. Los padres entre más rellenen el tanque emocional de los hijos, más saludable será su identidad como persona y reaccionará positivamente en la guía paternal en todos los ámbitos de su vida.

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