Querido hijo:
Cuando te tuve en mis brazos
me iluminaste mi vida,
hiciste latir mi corazón y sacudir mi alma,
yo pensaba que ser madre era fácil,
pero este trabajo aunque ingrato
es lo más maravilloso que me ha pasado,
mi entrega y dedicación surge
desde lo más profundo de mi ser,
nunca pensé poder entregar mi vida
sin nada a cambio
pero despertaste en mí un amor incondicional.
Hemos ido de la mano creciendo juntos
disfrutando cada uno de tus pasos,
tus caídas, tus logros, tus tristezas, tus alegrías.
Haz sido un gran maestro para mí,
me espejeas mis defectos,
me enalteces mis cualidades.
Sé que día a día extiendes tus alas,
por eso asumo riesgos,
para que sea más fácil para ti y
puedas volar sin la necesidad de mi ayuda.
Ser madre es la bendición más grande que me ha dado la vida
con un nudo en la garganta te puedo decir que
me siento orgullosa y feliz de ser tu madre.
Día a día me estoy preparando para dejarte volar
sé que me dolerá en lo más profundo de mi corazón,
pero los hijos son prestados y tu tienes que emprender
tu vuelo con los valores y principios que te he dado.
Te amo y agradezco darme la oportunidad de ser
Tu madre.